jueves, 18 de octubre de 2012

El abrazo de corazón



                                         
Muchos consideran que el abrazo de corazón es la forma más elevada del abrazo.
El abrazo de corazón se inicia con un contacto ocular directo, mientras los dos abrazantes permanecen de pie, cara a cara. Luego, los brazos rodean hombros o espalda. Las cabezas se juntan y se establece un contacto físico total. El abrazo es firme, pero suave. En tanto ambos respiran juntos con lentitud y facilidad, se concentran en la ternura que fluye de un corazón al otro.
Este tipo de abrazo no tiene límite de tiempo; puede durar varios segundos, anulando todas las distracciones cercanas. El abrazo de corazón es pleno y largo, afectuoso y tierno, abierto y genuino, fuerte y solidario.
El abrazo de corazón se basa en ese sitio, en el centro de nuestro ser, donde podemos hallar (si estamos abiertos a él) un amor puro e incondicional.
El abrazo de corazón viene bien:
• Cuando los abrazantes son muy viejos amigos, con muchos antecedentes
de convergencias en el camino.
• Cuando son amigos muy recientes, unidos por una experiencia
compartida y una fuerte emoción común.
¿Cuándo podría usted compartir un abrazo de corazón?

El Abrazo es la primera forma de medicina y protección que se inventó en el mundo. Un bebé de cualquier especie se aliviará de todos sus miedos, dudas, frío, nerviosismo. Igualmente, todo adulto se sentirá reconfortado, acompañado, unido, aliviado, con un abrazo sincero.
Un abrazo diario eleva nuestra estima, mejora el sistema inmunológico, nos une. Dos abrazos multiplican el efecto. Tres abrazos tiene un poder sanador, anti estrés, protector.
Los abrazos nos alivian el dolor cuando perdemos a un ser querido o estamos en desgracia, teniendo un gran efecto en la unión familiar, en el estar siempre en el terruño, en los brazos maternos, en volver a nuestras raíces naturales de humanidad. Calman la ansiedad, la depresión, los dolores en general.
La prisa, la vorágine de la vida ya están haciendo olvidar los abrazos, quedando tan solo para los aniversarios, ascensos, ocasiones especiales y no como algo natural, inclusive hasta se mal interpreta. El abrazo es una medicina que todos tenemos a nuestro fácil alcance y cada vez está escaseando más, es como tener el mejor aire, con el mayor oxígeno y no deseamos respirar.
Es realmente insospechado todo lo que podemos curar con los abrazos, desde un simple perdón hasta un cáncer. Al abrazar sinceramente podemos equilibrar nuestras energías y desplazar la negatividad de ambas personas o de todas las que participen en el abrazo. Si sumamos 1 + 1 matemáticamente el resultado será 2. Si dos personas se abrazan, el resultado será hasta donde se quiera llegar, ya no son 2, sino una suma de energía universal que potenciará la sinceridad, amor, amistad, sanación. Por supuesto, un abrazo con cariño, con entrega, con Divinidad.
El abrazo puede tener contenido sexual o no. Depende a quien se lo esté dando. Sin embargo, por estar llenos de prejuicios, muchas culturas piensan que todo lo que tiene que ver con sexo puede ser malo. La energía sexual, puede ser transmitida para efectos sexuales o no, es simplemente energía. Cuando se acumula la energía sexual esta puede ser transformada en curativa y hasta en mágica. Es una poderosa energía, que si se guía adecuadamente tiene un importante poder curativo. No es malo utilizarla para cualquier circunstancia, lo malo es la intención. Muchos monjes de Oriente, acumulan esta energía y la ofrecen al mundo en sus oraciones por la paz.
En todo caso, el abrazo debe ser sincero, con entrega, compartiendo energías de armonía, abierto en ofrecerse pero cerrado en un núcleo de amor al momento de abrazar. Mucho más allá de las palabras, de las hipocresías, de las miradas, del contacto carnal, es la unión de la parte espiritual y Divina de cada cual.
El abrazo lleva consuelo, combate la depresión, levanta el ánimo, mejora el sistema inmunológico, aumenta la autoestima. Pero, a su vez, puede tener efectos contrarios si se consiente demasiado, si se da demasiado a alguien, los abrazos, son de compartir y no sólo de dar. Son de ayudar, no de llevar la carga del otro. Entonces, debe lograrse en el otro lado que se levante, que ponga de su parte, mas no que desee que permanente se le lleve a cuestas. Si se consigue este efecto, la abrazoterapia dará mejores resultados.
Los abrazos pueden ser inmensos como los del oso, con todo el cuerpo como entrelazándose, con contacto de mejillas y besos en mejillas, frente, cráneo o boca, no simplemente un beso, sino con abrazo. Podrá sentirse inclusive los latidos del corazón de la otra persona y unirlos al nuestro.
Igualmente, pueden ser abrazos de costado al caminar, al ver televisión, al mirar una puesta del sol, no de apariencia, sino de sentirse bien con la pareja, hijos, padres, amigos.
Pueden ser abrazos de mas de dos personas, inspirando la unión, fraternidad, cadenas fraternales. Es decir, no hay límites para el abrazo, el límite somos nosotros mismos.



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